Aunque no es un pincel, todo maquillador debe contar con uno. Los de uso profesional tienen el mango màs largo para trabajar con mayor facilidad, pero las dimensiones del aplicador son idènticas a las que traen los desechables o descartables que vienen en las sombras.
Su uso se recomienda especialmente para fijar màs el producto al pàrpado, concentra màs pigmentos puesto que arrastra mayor cantidad y los fija en su textura màs aspera que la fibra de un pincel. Como tips tomen en cuenta que si lo humedecen pueden lograr una excelente herramienta acuareladora.
Como ventajas: mayor fijación, no deja caer producto al rostro, define muy bien, sirve como “goma de borrar” cuando fallas en la aplicaciòn de un color, entre otras.
Como desventaja: tiene menos vida útil que una brocha a un precio muy similar, si no obtiene los minuciosos cuidados que requiere desfavorecerà el resultado y en el peor de los casos el mìnimo requerido de vida útil, para el (la) usuario (a) menos hábil resulta bastante complicado su uso, entre otras.
El material puede ser sintètico o material (esponja de siliconas o marina) de esto depende su costo, ademàs del largo del mango. Pero tienen un costo que fluctùa entre los $10.000 a los $13.000 pesos en su mango largo profesional; otra alternativa es adquirir los aplicadores descartables cuyo costo fluctùan entre los $1.500 a los $3.000 pesos.
Su cuidado es de vital importancia, al estar hùmedo su aplicador se torna muy delicado, por lo que el lavado debe ser suave, con agua y jabòn de glicerina neutro, para luego ser desinfectado con el lavador de brochas. Secar el excedente de agua con papel desechable y arear como mìnimo 8 horas a temperatura ambiente.
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MAURO GONZÀLEZ,
MAKE UP ARTIST Y ASESOR DE IMAGEN
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